Así vivimos el caos en el AICM por las cenizas del Popo

Dicen por ahí que si quieres hacer reír a Dios le cuentes tus planes. El fin de semana pasado tenía un vuelo hacia Baja California para una competencia de triatlón, la cual por cierto preparé durante un año completo. 

Todo estaba listo, mi vuelo saldría a medio día y la competencia era el domingo, yo planeaba llegar justo para descansar y despertar temprano para el evento. Sin embargo, el sábado el volcán Popocatépetl decidió levantarse con una enorme exhalación de cenizas y material incandescente, así que el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México AICM, junto a otros de estados cercanos al volcán, suspendió sus vuelos por varias horas.

Por supuesto que el aeropuerto se convirtió en un caos enorme, muchísima gente quedó varada igual que yo, las filas eran interminables y las aerolíneas no daban respuesta porque simplemente no la tenían. Y es que ni ellas pueden prevenir una situación como la caída de cenizas y tampoco saben cuándo van a reanudar sus actividades porque dependen de que el volcán se detenga. 

Entre todo el desastre vi a gente reaccionar bastante mal ante la situación, le gritaban a los empleados de las aerolíneas y exigían soluciones, sin tomar en cuenta que no se trataba de un error humano, sino de la naturaleza misma. 

Más de 100 vuelos fueron cancelados entre el sábado y el lunes, y las empresas aéreas hicieron lo que estuvo en sus manos para aminorar el daño. 

Obviamente yo perdí mi vuelo, mi reservación en el hotel y mi competencia, mucho dinero y esfuerzo se fueron ahí, pero no me quedó más que resignarme. Me regresé a casa y más tarde la aerolínea me contactó para ofrecerme un cambio de vuelo para cualquier otra fecha que yo decidiera, lo cual si bien no reparaba el daño, sí me daba la oportunidad de reponer el viaje más adelante. 

Y para quienes no lo sepan en este caso las aerolíneas suspenden los vuelos no por capricho, sino por seguridad, ya que las cenizas no solamente tapan la visibilidad, sino que son corrosivas con los sistemas de la aeronave, pueden alterar las señales, dañar el motor y generar un accidente muy grave. 

VivaAerobus, American Airlines, Aeroméxico, Volaris y varias otras más se vieron afectadas con la situación en la Ciudad de México, Puebla, Morelos y otras entidades donde también pararon los vuelos, pero creo que antes que nada pusieron como prioridad la vida de los pasajeros.

Y hablando del tema, ¿sabían que ya no existe el Fondo de Desastres Naturales FONDEN? Esto significa que ahora los recursos que se destinan a desastres naturales en el país los gestiona la Coordinación Nacional de Protección Civil CNPC, en conjunto con Hacienda y el gobierno federal. 

Me enteré de esto porque estuve investigando qué hay que hacer en caso de que suceda una erupción mayor del Popocatépetl, qué podríamos esperar quienes vivimos en zonas cercanas e incluso cuáles podrían ser las afectaciones.

Mi conclusión luego de estar investigando es que hay que tener un plan familiar de emergencia, contemplar ahorros, documentos de importancia, un sitio a dónde poder ir y no ponernos en riesgo, ya que al menos el gobierno todavía no se pone muy de acuerdo en cómo va a dar los recursos ahora que el FONDEN ya no existe y muy probablemente, en caso de suceder, esto se vuelva un verdadero caos.